Hay thrillers que te enganchan y que conforme va llegando el final suben de ritmo, lo justo como para que te de un vuelco el corazón y te dejen boquiabierta. No puedes dejar de leer hasta que descubres o qué puñetas pasó o qué pasará.
Esos son los buenos, los que puedes recomendar a cualquiera porque sabes que te lo agradecerá.
Lamentablemente no es el caso de "La chica de antes". Lo que más me decepciona es que la idea es buena, el escenario más o menos novedoso y real y los personajes al principio de la novela tienen todo para ser moldeados. Pero la forma de conducirla y la conclusión es nefasta para mi gusto.
No puedes marear al lector con cambios de mentalidad en todos los personajes. Me parece genial que Emma (una de las dos narradoras protagonistas, la de "antes") sea una mentirosa compulsiva, pero en ese caso que el resto de los personajes no se terminen cortando por el mismo patrón. Cuando he leído el final de Jane (la otra protagonista, la de "ahora") y ha empezado con "te mentí desde el principio" (o algo parecido) casi me doy un cabezazo contra el libro.
Me ha gustado la estructura de alternar entre las dos narradoras, una del pasado y la otra del presente, aunque los capítulos eran excesivamente cortos y algunos repetían prácticamente las mismas palabras que el anterior. Entiendo que está mostrando paralelismos entre las dos, pero quizá en la segunda podría no repetir descripciones y diálogos.
Me está resultando muy difícil escribir esta reseña sin parecer la editora de la autora, porque se me ocurren mil ideas para mejorarla (a mi criterio, claro). Y no soy quien para andar escribiendo sugerencias. Me recuerda al estilo de Perdida (Flynn) que era fresco, sin tabues en las expresiones, moderno, actual... pero la conducción de la historia y la calidad del hilo narrativo fracasan estrepitosamente.
Aquí cuando descubres quién perpetró el asesinato del que ya se habla en la contraportada ni siquiera te sorprendes. El lector se da cuenta perfectamente de que le están poniendo todos los indicios acusando a un personaje para luego cargarle la muerta a otro, y la escasez de personajes hace que sea bastante obvio todo. De hecho la novela se reduce a cuatro personajes, dos hombres y dos mujeres, el resto de secundarios son tan solo figurantes para ilustrar alguna parte de los personajes que tampoco era tan necesario exponer en un diálogo.
Aquí cuando descubres quién perpetró el asesinato del que ya se habla en la contraportada ni siquiera te sorprendes. El lector se da cuenta perfectamente de que le están poniendo todos los indicios acusando a un personaje para luego cargarle la muerta a otro, y la escasez de personajes hace que sea bastante obvio todo. De hecho la novela se reduce a cuatro personajes, dos hombres y dos mujeres, el resto de secundarios son tan solo figurantes para ilustrar alguna parte de los personajes que tampoco era tan necesario exponer en un diálogo.
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