No pretendo analizar una novela que se lee en filología, solo comentar mi experiencia con ella.
Hace un año me leí Anna Karenina, contemporánea de La Regenta, y a la que le damos mucha más importancia en general. De hecho, incluimos en las listas de libros pendientes la novela rusa y menospreciamos a la española; y durante la lectura no he podido evitar compararlas, aunque tengan pocos puntos en común e innumerables diferencias.
La Regenta me ha resultado enrevesada, con muchas frases entre líneas. Hay mucho más escondido en ella de lo que parece a simple vista, y eso dificulta la lectura al lector, pues hay tanto en lo que fijarse que a veces se pregunta si se estará pasando algo.
La mayor diferencia (evidentemente) está en la sociedad: en La Regenta hay poca gente libre de pecado, es una crítica a una sociedad hipócrita, en la que todos participan para provocar "la desgracia" y luego se fingen escandalizados... ¡pero si la mitad de las mujeres que aparecen en la novela han cometido adulterio (al parecer)! ¡Y se deja caer que ha sido consentido y consumado!
Pero cuando la Ozores (la Regenta) comete "adulterio de palabra", todos pierden la cabeza.
Por si fuera poco la crítica a la sociedad hipócrita, el cura está enamorado de la Regenta (no descubro nada que no ponga en la contraportada) y se vuelve loco de celos. Es casi patético si lo lees fríamente, ver cómo hace todo para intentar separar a Ana Ozores de otros hombres que no sean él o su marido, al que se considera en todo momento como un pelele. Cosa que es cierta, es un hombre que no parece estár interesado en los placeres de la carne y que el único placer que tiene es el de irse al monte a cazar con un viejo amigo... además de que no se entera en ningún momento de lo que está pasando delante de sus narices, hace falta ser ingenuo. Manda narices que se sorprenda cuando su mujer busca fuera de casa lo que le falta dentro, y no hablo de sexo, hablo de palabras de amor, porque ni eso le da. Se comporta más como un padre que como un marido.
Otros personajes a comentar son las amigas Visita y Obdulia: con amigas como ellas... ¿quién necesita enemigas?
En los primeros capítulos desean la caída de la Regenta, y en el último la dejan caer. Entre medio se limitan a disfrutar del viaje. Realmente no soportan la adoración que Vetusta (Oviedo) tiene a la Ozores, porque están convencidas de que es una mujer más, y de que caerá en la tentación como todas.
Y para terminar, unas líneas sobre Petra, la criada. Como dicen, para congraciarse con una casada, hay que hacerlo con la criada. No tiene (a mi parecer) excesivos motivos para "vengarse" de la Regenta, no parece ser una mala ama, lo único que tiene que hacer es cuidarla cada vez que se pone enferma (bueno, eso es casi siempre) y acompañarla a confesarse (sí, otra actividad de diario). Sin embargo Petra es el personaje que lo precipita todo, aunque lo único que hace es adelantar lo inevitable.
Hace un año me leí Anna Karenina, contemporánea de La Regenta, y a la que le damos mucha más importancia en general. De hecho, incluimos en las listas de libros pendientes la novela rusa y menospreciamos a la española; y durante la lectura no he podido evitar compararlas, aunque tengan pocos puntos en común e innumerables diferencias.
La Regenta me ha resultado enrevesada, con muchas frases entre líneas. Hay mucho más escondido en ella de lo que parece a simple vista, y eso dificulta la lectura al lector, pues hay tanto en lo que fijarse que a veces se pregunta si se estará pasando algo.
La mayor diferencia (evidentemente) está en la sociedad: en La Regenta hay poca gente libre de pecado, es una crítica a una sociedad hipócrita, en la que todos participan para provocar "la desgracia" y luego se fingen escandalizados... ¡pero si la mitad de las mujeres que aparecen en la novela han cometido adulterio (al parecer)! ¡Y se deja caer que ha sido consentido y consumado!
Pero cuando la Ozores (la Regenta) comete "adulterio de palabra", todos pierden la cabeza.
Por si fuera poco la crítica a la sociedad hipócrita, el cura está enamorado de la Regenta (no descubro nada que no ponga en la contraportada) y se vuelve loco de celos. Es casi patético si lo lees fríamente, ver cómo hace todo para intentar separar a Ana Ozores de otros hombres que no sean él o su marido, al que se considera en todo momento como un pelele. Cosa que es cierta, es un hombre que no parece estár interesado en los placeres de la carne y que el único placer que tiene es el de irse al monte a cazar con un viejo amigo... además de que no se entera en ningún momento de lo que está pasando delante de sus narices, hace falta ser ingenuo. Manda narices que se sorprenda cuando su mujer busca fuera de casa lo que le falta dentro, y no hablo de sexo, hablo de palabras de amor, porque ni eso le da. Se comporta más como un padre que como un marido.
Otros personajes a comentar son las amigas Visita y Obdulia: con amigas como ellas... ¿quién necesita enemigas?
En los primeros capítulos desean la caída de la Regenta, y en el último la dejan caer. Entre medio se limitan a disfrutar del viaje. Realmente no soportan la adoración que Vetusta (Oviedo) tiene a la Ozores, porque están convencidas de que es una mujer más, y de que caerá en la tentación como todas.
Y para terminar, unas líneas sobre Petra, la criada. Como dicen, para congraciarse con una casada, hay que hacerlo con la criada. No tiene (a mi parecer) excesivos motivos para "vengarse" de la Regenta, no parece ser una mala ama, lo único que tiene que hacer es cuidarla cada vez que se pone enferma (bueno, eso es casi siempre) y acompañarla a confesarse (sí, otra actividad de diario). Sin embargo Petra es el personaje que lo precipita todo, aunque lo único que hace es adelantar lo inevitable.
Comentarios
Publicar un comentario